El PSOE de Armengol y su traición a Baleares
El PSIB-PSOE de Francina Armengol y sus socios de gobierno, los comunistas de Podemos y los ecosoberanistas de Més, van a cometer este martes una ignominia. Van a participar del delirio del independentismo radical y van a ratificar en el Parlament la inclusión de Baleares en lo que el pancatalanismo ha bautizado como «Països Catalans», haciendo suya la iniciativa socialista en el Senado.
Éste es un acto de alta traición. Es el primer paso para acabar con la identidad propia insular y englobarla en una nación imaginaria que, tal y como pretende el nacionalismo, comparta una política agresiva contra España con el objeto de socavar la unidad nacional. Es surrealista que eso lo promueva precisamente el partido político que está en el Gobierno, pero el PSOE de Pedro Sánchez no dudaría en abrirle las fronteras a Atila y a sus hunos si con eso pudiera permanecer un día más en La Moncloa. Y lo mismo vale para el bloque balear de izquierdas.
No se trata tan sólo de negarle su historia a una Comunidad Autónoma que, sin ir más lejos, ha tenido hasta cuatro reyes propios, algo que ni en sueños ha conseguido nunca Cataluña. No se trata tan sólo de acabar con la cultura y las costumbres baleares para adoptar un patrón común soberanista. No se trata ni siquiera de cercenar para siempre la modalidad lingüística propia para impulsar un catalán estándar que no permita distinguir si el interlocutor es valenciano, ilerdense o mallorquín. Eso de por sí es gravísimo, pero es que a efectos prácticos el desastre que encierra la denominación «Països Catalans» es bíblico. Basta con fijarse cómo ha acabado Barcelona para intuir las consecuencias económicas, políticas y sociales que caerían sobre este territorio hipotético. Una ruina social y financiera. El desastre absoluto.
A PSIB, Més y Podemos les da igual atentar contra la historia de Baleares. Harán lo que sea para mantener a salvo su chiringuito, aunque eso signifique llevar a la Comunidad a su desaparición como tal. Sin embargo la ciudadanía no debería pasar por alto lo que va a suceder este martes en el Parlament. Se va a cometer una atrocidad que, con casi dos años todavía por delante de mandato socialista, puede llevar emparejadas decisiones aún más graves. Estamos ante un martes negro para las islas. El martes en el que la izquierda las van a vender como esclavas al nacionalismo catalán.
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